SÍNDROME DEL TÚNEL CUBITAL

El síndrome del túnel cubital consiste en la compresión del nervio cubital a su paso por el codo, causando hormigueo y dolor en los dedos de la mano.

Anatomía del túnel cubital

El túnel cubital es un estuche osteofibroso en la cara interna del codo a través del cual discurre el nervio cubital en su paso desde el brazo (cara posterointerna de tríceps) hasta el antebrazo (donde se incorpora entre los dos vientres musculares del músculo cubital anterior (flexor carpi ulnaris).

A lo largo de este recorrido, el nervio experimenta varios puntos consecutivos donde es posible la compresión que provoca los síntomas del túnel cubital:

  • Arcada de Struthers: un repliegue fibroso en el trayecto del nervio bajo el músculo tríceps.
  • Septum intermuscular interno: tabique de separación del compartimento muscular sobre el hueso del húmero y que puede actuar como una verdadera guillotina sobre el nervio.
  • Ligamento arcuato de Osbourne: ligamento que mantiene el nervio en el canal epitrocleo-olecraniano (vulgarmente conocido como el “hueso de la risa” o “hueso de la suegra”).
  • Flexor carpi ulnaris: el nervio se introduce en el interior de este músculo y puede ser comprimido por él.
  • Aponeurosis flexo-pronadora: aponeurosis muscular tras la entrada entre los dos vientres del flexor carpi ulnaris.

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Causas de túnel cubital

  • Idiopática: la causa más frecuente es la desconocida, con los síntomas típicos de la neuropatía cubital en el codo que se desencadenan más intensamente con la flexión del mismo y mejoran con la extensión del codo.
  • Traumática: muy asociado con fracturas de codo en la infancia que originan un cúbito valgo (el codo exageradamente angulado hacia dentro como consecuencia de una unión defectuosa de esa fractura en la infancia) y fracturas-luxaciones de codo del adulto.

Sintomatología clínica y diagnóstico del síndrome de túnel carpiano

El síndrome del túnel cubital produce habitualmente sólo síntomas sensitivos relacionados con la compresión del nervio.

Existe un cuadro muy frecuente de pacientes que sólo desarrollan síntomas posturas, dependientes de la flexión del codo; estos síntomas se pueden controlar y son pacientes que suelen tardar tiempo en solicitar ayuda porque la progresión es lenta.

Es frecuente en estos pacientes el dolor nocturno en la cara interna del codo, asociado con la flexión del codo o el apoyo directo sobre la cara interna del mismo. Los pacientes alivian su dolor manteniendo el máximo de tiempo posible el codo estirado y sin ejercer presión directa sobre la cara interna.

Cuando hay una compresión más establecida, los síntomas pasan de ser posturales a continuos y están presentes el hormigueo y la sensibilidad disminuida en el dedo anular y el dedo meñique, con debilidad en la función fina global de los dedos de la mano. En casos de afectación motora más avanzada se manifiesta como una atrofia de la musculatura del borde interno de la mano (llamada eminencia hipotenar), debilidad de la flexión forzada de los dedos anular y meñique, así como una debilidad en la función de agarre fuerte con la pinza entre el pulgar y el dedo meñique (sujetar un papel o un billete por ejemplo).

Es importante diferenciar la compresión del nervio cubital en el codo (síndrome del túnel cubital) de otras posibles causas con síntomas similares como son la compresión del nervio cubital en el canal de Guyon (a la altura de la muñeca), el síndrome del desfiladero torácico (compresión alta de las raíces cervicales C8 y T1) u otras causas más raras como tumores pulmonares del vértice pulmonar que comprimen la raíz T1.

Como apoyo diagnóstico a los síntomas, podemos emplear pruebas complementarias como la radiografía simple (si hay historia asociada de fractura o artrosis de codo), la Resonancia Magnética Nuclear (en caso de que sospechemos una lesión de partes blandas que comprima el nervio) y los estudios de conducción nerviosa (sobre todo si la compresión del nervio es clara pero no el lugar exacto de la misma).

Tratamiento del síndrome del túnel cubital

El tratamiento siempre debe ser individualizado para cada paciente. Entre las opciones tenemos el manejo conservador con férulas nocturnas para mantener el codo a 45 grados de extensión y recomendaciones para los pacientes durante el día de mantener el codo lo más estirado posible. Este manejo puede realizarse en pacientes que presenten sólo síntomas posturales con escasa afectación establecida del nervio. Las infiltraciones de corticoides en el túnel cubital están desaconsejadas

La cirugía estaría indicada en todos aquellos casos posturales donde a pesar de los cuidados correctos sigue habiendo síntomas sensitivos molestos después de 3 meses de tratamiento; y como tratamiento de entrada en aquellos casos que muestren debilidad motora o afectación sensitiva importante mantenida durante tiempo, dado que la recuperación del nervio cubital es muy lenta e incompleta.

El tipo de cirugía a practicar entre las distintas opciones es un debate recurrente dentro de la comunidad científica. Tenemos dos grandes posibilidades de tratamiento:

  • Descompresión simple del nervio: en este grupo el propósito de la cirugía es solamente liberar el nervio de la posible compresión a lo largo de su trayecto. Puede realizarse por técnicas endoscópicas (con mínima invasión) o cirugía abierta. Una vez realizada la liberación, el nervio se deja en su lecho natural, sin modificar su trayecto.
  • Descompresión del nervio con transposición del mismo: al procedimiento anterior de liberación, se le suma el cambio del trayecto del nervio para depositarlo en nuevo lecho que impida de nuevo la flexión del codo junto a la cicatrización haga reaparecer los síntomas. Dentro de este grupo podemos realizar una transposición subcutánea (dejarlo depositado bajo la piel y grasa de la cara interna del codo), una transposición intramuscular (en la masa muscular que emerge del codo) o una transposición submuscular (bajo la musculatura que emerge del codo). Incluso se ha realizado como técnica un “limado” de la parte ósea interna del codo para acomodar el nervio (epicondilectomía medial).

Los resultados de la cirugía suelen mejorar al paciente un 95% del dolor y el hormigueo desde la misma noche de la intervención; la función fina sensitiva y motora se recupera más lentamente y a veces de modo incompleto, en función del grado de afectación y duración de la compresión sobre el nervio.

Si tiene una consulta concreta sobre un problema personal relacionado con un síndrome de túnel carpiano no dude en contactar y consultarnos su caso, estaremos encantados de ayudarle.